VA DE SERIES: ‘ANTIDISTURBIOS’

Analizamos desde dentro una de las series del momento. Rodrigo Sorogoyen nos trae un ejercicio de cine en formato mini serie que directamente se posiciona como una de las mejores del año. Adrenalina en vena que directamente se estrella contra la pantalla sin concesiones. Donde cada episodio nos deja sin aliento. Bienvenidos a Antidisturbios.

El director Rodrigo Sorogoyen, quien ya ha demostrado su buena mano detrás de las cámaras en otras ocasiones con películas de sólida factura como son El Reino o Que Dios nos perdone, expone en esta ocasión una historia contada en seis capítulos de aproximadamente una hora de duración, la justa y adecuada además, en la que literalmente nos pone en la piel de un grupo de policías que son llevados al límite por las circunstancias. Mucho se tiene que decir sobre las bondades de la serie, y comenzaré por sus actores.

Hay que empezar diciendo que todo el plantel de actores ofrece un trabajo soberbio. Vicky Luengo, la actriz con la que comienza la serie y esa escena que en pocos minutos define a la perfección su personaje, y el grupo policial, compuesto por actores como Raúl Arévalo, Hovik Keuchkerian, Alex García, Roberto Álamo, o Raúl Prieto por mencionar sólo algunos, componen el plantel perfecto para dar solidez al relato. Un trabajo de actores simplemente magnífico que suma veracidad al conjunto.

La capacidad de Sorogoyen de dotar de veracidad al relato es apabullante. Desde el primer capítulo comprobamos como literalmente se nos pone en la piel de estos policías. Unos policías que están compuestos totalmente de una tonalidad de grises, donde no cabe el blanco o el negro, y comprobamos que son personas de carne y hueso, con sus vidas y sus problemas. Por algo precisamente cada episodio tiene el nombre de cada uno de los personajes integrados en la trama. Hay que mencionar también que la serie ha recibido duras críticas del gremio de policías, cosa que puedo llegar a entender desconociendo algunos tecnicismos legales que se me escapan, pero si dejamos eso a un lado, la serie es perfectamente veraz y realista, siendo de hecho esto precisamente uno de sus puntos más fuertes.

Los planos de Antidisturbios te agarran del cuello y no te dejan respirar durante todos y cada uno de los episodios, saturados de presión en su justa medida, y esa es una habilidad que hay que destacar con mención aparte a algunos momentos como son directamente con el que abre la serie presentando el personaje de Laia, o el momento y las secuencias del partido de fútbol, donde música, actores y cámara se aúnan para crear una secuencia para recordar en el amplio espectro de las series españolas.

Antidisturbios se limita a contar una historia. Una historia donde no todo es lo que parece, donde tras esa capa de pintura hay muchas más, con sus matices. Los personajes se definen a la perfección, pero si le sumamos unas actuaciones espléndidas como ya he mencionado, el resultado salta a la vista. Muchos me entenderán cuando digo que visioné los tres primeros episodios del tirón y la terminé al día siguiente, y eso es también algo de alabar. Es una de esas series que perfectamente se pueden terminar en una sesión maratoniana que dejará huella en el espectador durante días.

El director ya demostró su estilo en películas como Stockholm, la más reciente Que Dios nos perdone o la muy notable El Reino, con la que sorprendentemente la serie tiene algunos puntos y personajes en común, lo cual imprime aún más solidez a la propuesta. Y es precisamente esa simbiosis entre los actores y la manera de mover la cámara de Sorogoyen lo que hace que Antidisturbios sea una de las series del año. Todos los personajes están atados y vinculados a una trama que les supera, en la que el personaje de Luengo hace de nexo entre dos mundos. La trama se las apaña para, entre tanto, contarnos con total naturalidad el día a día del Puma 93, ese grupo policial que hace un trabajo que a nadie le gustaría, pero que tiene que hacerse. La mayoría de las secuencias de las intervenciones policiales son de un tremendo realismo, dotando a la serie de esa inyección de adrenalina para el espectador que la sienta de maravilla.

Antidisturbios es una serie que pone al espectador contra la pared, lo coge de las solapas y lo zarandea para que caigamos en la cuenta del mundo en el que vivimos. Por no hablar de los dilemas morales que algunas de sus mejores escenas nos plantean. ¿Qué harías tú si pertenecieras a este grupo? ¿Cómo actuarías si le ocurriese algo a uno de tus compañeros? son algunas preguntas que se nos lanzan desde la pantalla y no necesitamos cronómetro para responderlas. Se quedarán en nuestra cabeza el tiempo suficiente por méritos propios.

Desde La Claqueta sólo nos queda recomendarla encarecidamente, por su dirección, sus actores, el realismo que rezuma en todo momento, su estupenda factura técnica y la solidez del relato. Es, sin duda, muy superior a otras propuestas que nos llegan desde otros continentes y con bastante mayor presupuesto además. Si tienen tiempo para una serie corta y directa, es el momento perfecto para invertirlo en algo como Antidisturbios. No se arrepentirán, aunque a veces les pueda faltar el aire.

Una de las series del año.

Miguel Francisco Moreno

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