Crítica de ‘La La Land’: Sueños de neón

La última película de Damien Chazelle, director del momento, acaba de aterrizar en las carteleras. Recién llegada y rompiendo récord de palmarés nos propone dejarnos llevar por la luz de la ciudad de las estrellas, donde los sueños se hacen realidad y la música es el vehículo imprescindible. Bienvenidos a La La Land.

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Debo empezar siendo honesto al decir que los musicales nunca fueron santo de mi devoción. Sin embargo y para el caso, ya entrados en la sala y acomodados en la butaca debemos estar preparados para números de baile, canciones, y coreografías que la mayoría de las veces nos transportan a otra década. Una década en la que los musicales eran habituales en Hollywood y que tuvieron su momento dorado. Esa es en parte la mayor baza del film, que ya acumula el récord de 7 Globos de Oro, 11 nominaciones a los Bafta, 8 Critics choice awards y otra ristra de no pocos premios. La fotografía corre a cargo de Linus Sandgren y el guión es del propio Damien Chazelle.

Los protagonistas de este sueño de neones son la chispeante Emma Stone y el galán de moda, Ryan Gosling, que han escalado a la cima de Hollywood sin despeinarse para marcarse un baile ante nuestros ojos. Hay que halagar a los actores en toda la escenografía que pisan, con unas coreografías muy ensayadas, y temas a los que ponen voz. Mención especial a Gosling, que aprendió a tocar el piano con la destreza que demuestra en pantalla y sin doble de manos.

Ya en su primera secuencia, La La Land obliga a deslumbrarnos con una coreografía en plano secuencia que incita el aplauso. Nos prepara para lo que vamos a ver. Pero…y qué vamos a ver? Ni más ni menos que una historia no precisamente novedosa. La historia de amor entre Mia, una aspirante a actriz, y Sebastian, un pianista de Jazz a los que el destino une por casualidad. La búsqueda por alcanzar sus sueños los llevará por terrenos no siempre amables, pero nadie dijo que triunfar fuera fácil.

La La Land cuenta con la nostalgia de los musicales clásicos, que no es poca ventaja. Historias como West Side Story o Cantando bajo la lluvia, géneros ya olvidados que uno rememora viendo bailar a Gosling y Stone ante las luces. Si los musicales no son lo vuestro, puede ser que el tedio se apodere de vosotros. Pero si uno hace un esfuerzo, comprobará que no está sino ante una bella historia de amor en la que se bifurcan los caminos. Rozar el sueño dorado requiere dejar atrás otros aspectos en el devenir de la vida.

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Ayuda también la excelente química entre sus protagonistas. Todos los números de baile son disfrutables por igual bajo el manto de la ciudad de las estrellas. El conjunto nos hará flotar durante su metraje siempre y cuando nos dejemos llevar por su propuesta, clásica pero elegante.

Acostumbrados como estamos ( y debo decir  más bien malacostumbrados) a los finales made in Hollywood, que tanto gustan y tan buen paladar dejan, llegamos al desenlace de La La Land. En este punto nos percatamos de que también está calculadamente medido, pero funciona de manera espectacular para el film. Las imágenes y el piano hablan robando el protagonismo a las palabras, que no son necesarias. Y todo termina como empieza, bajo ese manto de brillantes y cegadoras luces de neón que señalan el camino de los sueños y donde no se puede mirar atrás si no es para despedirse.

Acudan sin miedo a verla. Si sus pies se mueven al compás de alguno de los temas de La La Land no sufran. Sólo déjense llevar. Como Mia y Sebastian dentro de su propia historia. Una historia como otras tantas que brillan allá en lo alto, en la ciudad de las estrellas, donde cada estrella es una de esas historias. Todas tienen cabida mientras podamos soñar.

Incluso la nuestra.

 

Miguel Francisco Moreno

3 comentarios en “Crítica de ‘La La Land’: Sueños de neón

  1. Soy una gran aficionada al cine, y este actor me entusiasma!!! todo lo que toca lo hace bien y mas!! lo borda!! y voya ir a ver la pelicula, ella tambien me gusta mucho como actriz, voy a disfrutar mucho con ellos!!

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  2. Como siempre genial el análisis, Miguel
    Yo tb ví la película y me encantó, aunque sí que creo que tiene o ha tenido el don de la ubicuidad, ha ido a aterrizar en un escenario donde este año no hay muchos más films que le hagan sombra. No sé si estarás de acurdo conmigo en eso, jeje…
    Por otra parte subrayar por mi parte [SPOILER] el «que hubiera pasado si .. » del final, esa especie de flashback que enriquece la historia. La verdad, es que aún sigo tarareando su banda sonora. Un saludo!

    P.D. : Al igual que a tí, los musicales tampoco son santo de mi devoción, que conste 😉

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